Cuando corriamos el riesgo porque podiamos, cuando no pesaban los pulmones, o las piernas, cuando enamorarse no implicaba dolor, sino dicha, cuando los 11 segundos no eran mas que una broma y los 11 minutos, un sueño al que habia que llegar al ser mayores. Cuando no era tan sabio, pero si tan feliz. Ya soy mayor. Ya no es un sueño. Ya no lo quiero.