"Que desordenada vida la que vivis, pibe" Eso me dijo la argentina en un arranque de celos. No entendi mucho en ese momento. Fue la ultima vez que la vi. Fue lo ultimo que me dijo. Yo hice un chasquidito con la boca y le indique la direccion hacia la puerta. Se fue, azotando la puerta tan fuerte que casi que vi saltar a las llaves que cuelgan a un lado. Intente olvidar sus palabras, pero hoy, que estoy aqui solo, me retumban en la cabeza cada que me doy cuenta de que tan aburrido estoy y de cuantas cosas y personas dependia para hacer "mi vida". Ella siempre supo que yo era casado. Jamas se lo oculte. "Que brutal sinceridad la tuya, che" me dijo en la barra del bar en que la conoci. El dia que la conoci y le dije "soy casado pero me gustaria pasar las siguientes dos horas besandote por debajo de la ropa". No se si ya le gustaba o le guste por haberle dicho tales palabras. El caso es que, en los siguientes tres meses, me dedique a perderme