Los tiempos cambian: Homero tiene e-mail y yo canas. Hector tiene un negocio y un carro y yo una panza y un tatuaje. Mi ex-cuñada tiene un hijo y yo una sobrina nieta; a los dos me muero por conocerlos. Ya quedaron atras los tiempos en que Homero trabajaba en DOS solo presionando la tecla "Y", y Hector era el que todos traian de bajada en la prepa, y "la gorda" era una niña, y si alguien hubiera dicho que seria mama tan joven, todos nos hubieramos reido mucho. Y yo. Entonces quedo yo, al que calculaban 16 a los 21, al que respetaban por una fama falsa, en cuya invencion y difusion el no tuvo nada que ver; el que vivia enmascarado, hoy sale a la calle con una sonrisa, arriesga la imagen, no le da miedo quedar como imbecil -al fin y al cabo, no lo es- canta como si estuviera loco. Y es que esta loco.