Hubo una playa y un mar especialmente especiales para mi, algo de los tomates, en Vallarta. Cada que me sentaba ahi, con mi cigarrito sin filtro y mis lentes de intelectualoide-mamonete-escribemamadas-quedas , me sentia en otro planeta; no me sentia practicamente, era una mamada pero, me tocaba a mi y no sentia mi mismiedad. No estaba. Lo disfrutaba a chorros y me divertia de lo lindo como enano del Personal. Pero pronto se me acabo la magia de la compañia maravillosa en la arena y las mentiras en computadoras ajenas. Que tambien se disfruta de lo lindo encontrarle fracturas al paraiso aguardientoso y strawberry-fieldero del amors . Que despertarse acompañado no es siempre plenitud ni escuchar musiquita al verla es estar enamorado. No voy a decirle a nadie mas que la amo, no por mucho tiempo. Se me hace una palabra inmensa, inmersa en mierderas y pateaculos mentiras. Pero la playa y esa compañia eran de lo mejor que tenia y cuando volvi, añisimos despues, no habia nada. Eran a