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Disculpa que llegue con otro aroma en los dedos e ignora el labial en el cuello de la camisa,
fue tu prisa la que volvio parcial a mi miedo, que retoma lo que quiere de nosostros y me culpa.

No, no estoy jugando; si, tu lo provocaste.
Si, tengo una amante y no, no te estoy engañando.

Escuchame, aunque no tenga casi nada que decirte, puedes irte de mi lado cuando quieras,
¿esperabas que hubiera hablado de quedarte? buen chiste, no vuelvas a mi almohada tu palabra que acurrucame.

Soledad, eres para mi lo que algun dia pra ellas fui yo.
Entre tu y yo, sol de mi vida... para mi quede la complicidad.

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