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Comence a comerme el bigote de nuevo, como cuando estaba con ella.
-Nunca jamas -me digo- te preguntes porque te fuiste del lugar donde eras feliz.
A veces, cuando la sueño, me acuerdo de la tarde en la playa en la que nos acostamos por horas a ver el cielo y encontarle forma a las nubes.
No puedo recordar cuando le dije adios, ni hola.
-Nunca jamas -le digo- me preguntes porque me fui del lugar donde era feliz.

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