El estaba sentado en la playa, tenia dos cervezas. Justo destapaba una cuando ella llego y se sentó.
-Hola -dijo ella-. ¿Una es para mi?
-Si -contesto mientras le daba la cerveza-. Pensé que seria buena idea.
-Excelente, diría yo. Salud.
-Salud. Por los buenos tiempos y por dejarlos atrás
-¿Dejar atrás lo bueno? -pregunto desconcertada.
-No, dejar atrás los tiempos. Lo bueno puede quedarse, pero lo que ya no es, que sea olvidado.
-Como mi ex.
-Como mi ex -repitió el, sonriéndole un poco.
Pasaron un par de horas platicando. El le contó la penosa historia de su anterior relación -muy formal y seria- en la que su pareja, tenia ciertos amigos "especiales" mientras era -según decía- muy feliz con el; y como al terminar, ella siguió buscándolo y diciéndole que lo amaba y que quería seguir con el, mientras mantenía relaciones intimas con alguien mas, al mismo tiempo que con el. "Una mujer buena, pero confundida" -trataba de justificar.
Ella termino la historia que no había podido contar la noche anterior. Laura se acerco a la chica -inmóvil junto a la puerta del baño- le paso por un lado sin decir palabra, entro al cuarto y encontró a su novio acostado bocabajo con una almohada sobre la cabeza. Se recosto a su lado, acaricio su espalda y comenzó a llorar quedo, tomo una vela que había en su mesa de noche y paso largo rato observandola, pera después, sin ningún aviso, dejarla caer sobre el. "No me importo mucho si algo se incendiaba" -dijo con un toque de orgullo.
La siguiente hora, después de mucho platicar cosas igual vacías que profundas, la pasaron acostados en la arena, viendo el cielo, sin decir casi nada.
-¿Te estas durmiendo de nuevo? -pregunto el-. Puedo llevarte a tu casa, si quieres.
-No -respondió a punto de dormir-. ¿Puedo quedarme contigo de nuevo?
-Si, pero no puedo abrazarte.
-Entonces vamos.
Todo volvió a pasar igual que la noche anterior; la cargo suavemente, volvió a su departamento, la recosto, le quito los zapatos y la arropo, ella le pidió que la abrazara, intento negarse, pero al final termino acostado, abrazándola por la espalda, tratando de irse cada que la veía dormida, mientras ella se aferraba mas cada vez.
-------------------
SÁBADO.
Cuando abrió los ojos, ella lo observaba y acariciaba su cara sonriendo. El sonrió también, pero al momento, se dio cuenta de que el juego estaba yendo muy lejos y estaba empezando a jugar demasiado a fondo. Tratando de escapar antes de ya no poder hacerlo, fingió dormir de nuevo, pero Laura no se movió un centímetro y seguía acariciándolo.
-Eres hermoso -le dijo-. Y no lo digo solo por tu cara; aunque pocas veces he visto tus ojos, esas pocas veces me han dejado ver que eres alguien con mucho que ofrecer, aunque también con muchos miedos, creo que por eso repites que esto no puede ser, mientras te quedas dormido. También creo que por eso abres los ojos buscando que yo no este aquí, pero voy a estar hasta que decidas lo contrario; no me interesa que nos revolquemos o nos enamoremos, no busco un nuevo amor, ni un sustituto, solo compañía.
Por fin dejo de fingir, estaba tan despierto como ella y escucho todo lo que dijo.
-No sabes lo que dices, no sabes quien soy. Yo no te convengo...
-No se quien eres -lo interrumpió-. Porque no me dejas conocer tu presente. Se algo de tu pasado y eso es todo. Lo mismo que tu de mi; se que me trajo hasta aquí y que te trajo a ti, pero eso es pasado, me gustaría que te abrieras conmigo y me dejaras conocer tu hoy, y mostrarte el mio. Ya te lo dije varias veces: no busco nada mas, pero quisiera conocerte, se que podríamos ayudarnos mutuamente, lo vi en tus ojos; no te ayudan mucho con tu pose de frialdad.
-Me llamo Jacob -dijo un poco molesto-. A secas. Tengo 25 años, una hija de 7 que no puedo ver porque no se donde esta, lo único que se es que tiene 7 años y que su madre, si no encuentra dinero en el banco, me llama para presionar el deposito mensual, desde un teléfono publico, para que no sepa en donde esta. Vine a la playa escapando de una relación enfermiza que implico un divorcio donde no hubo mas boda que un pequeño ritual con un chaman. Mi barba y mi ropa desgastada, mi cabello despeinado y mi frialdad, -que como bien dices, es una pose- me ayudan a mantener a la gente lejos de mi, porque vine huyendo de las esperanzas y los amoríos estúpidos y lo ultimo que necesito es conocer a alguien que me haga creer de nuevo. Tal vez en algunos años visitare este lugar y señalare este departamento diciendo: "yo viví ahí", o iré a la playa y diré: "aquí conocí a una mujer que insistía en entrar en mi vida aunque la puerta estuviera cerrada", pero no hay mas que esto que debas saber de mi; lo demás son detalles.
-------------------
Se levanto de la cama. Seguía molesto por la situación, pero calmo el enojo encendiendo un cigarrillo y dejándolo consumirse en el cenicero, sin fumar de el mas de dos veces. Era la segunda vez que intentaba dejar de fumar en su vida. La primera lo logro -con mucho sufrimiento y aumento de peso- solo por 9 meses; después de ese tiempo, conoció a la mujer con la que esperaba pasar el resto de su vida, volvió a fumar para adelgazar y se ejercitaba con frecuencia para mantener su peso.
Cuando descubrió el primer engaño, lo paso por alto; se volvió ciego y sordo ante situaciones que le provocaran dudas y decidió simplemente hacer caso omiso de cualquier detalle que pudiera inculparla. Mensajes y llamadas extrañas, a altas horas de la noche, menos horas al día juntos, justificadas con viajes escolares, reuniones familiares o compromisos de trabajo ilógicos e incomprobables, demasiadas salidas con amigos "homosexuales", manejadas con mucha discreción en cuanto a nombres o lugares. Nunca se atrevió a preguntar abiertamente que pasaba. Sabia que era inútil, seguramente le habría mentido y el prefería no ver ni escuchar las pruebas, que provocar que le mintiera. Un domingo cualquiera, después de pasar por varios obstáculos a lo largo de la relación -distanciamientos prolongados, engaños obvios, peleas diarias- tuvieron la pelea mas estúpida que puede suceder entre una pareja: ella quería ver un programa de televisión con sus hermanas; el no. Esto provoco una discusión que trajo a la mesa temas que nada tenían que ver con el problema, cosas del pasado, guardadas por miedo a provocar un final no deseado y prematuro. Después de ese domingo, de esa estúpida mezcla de reclamos pasados e interpretaciones erróneas de lo que el otro decía, todo se desmorono, pero el amor seguía ahí y siguieron viéndose por largo tiempo, hasta que un día, las peleas se hicieron insoportables, los juegos fueron demasiado fuertes, el ir y venir no provocaba mas que dolor y Jacob consiguió un trabajo con el que salio huyendo de la ciudad para irse a la playa; de esta manera no podía buscarla -por mas ganas que tuviera de hacerlo-, no volvió a escribirle, no mando mas mensajes, no la llamo.
-------------------
Laura lo veía desde la cama, sabia que estaba repasando en su cabeza lo que le había pasado; pensó en levantarse, abrazarlo, decirle que todo estaba bien, que ella estaba ahí y lo necesitaba tanto como el, pero el miedo la detuvo; el miedo a lo ya establecido que dice que no puedes enamorarte de alguien en tan poco tiempo y de ser así, probablemente seria producto solo de la situación, además el pensaría que estaba loca y saldría corriendo de su vida. Prefirió esperar.
-¿Quieres que te prepare café?
-No, gracias -respondió el-. Sin cigarro no sabe tan bien.
-¿Quieres que me vaya?
-No, a menos que tu quieras irte.
-No, estoy bien -sonrió ampliamente y extendió los brazos-. Solo me gustaría devolverte el favor.
-¿Cual favor?
-El de abrazarme para sentirme segura.
-¡Adelante! -sonrió, dando un salto a la cama y acomodándose entre sus brazos.
Pasaron lo que pareció ser una eternidad abrazados, sin decir palabra. Esa seguridad que sentían el uno en los brazos del otro, era justamente lo que habían estado buscando en lugares y tiempos equivocados. El rompió el silencio:
-No estoy acostumbrado a este tipo de cosas, ¿sabes? A sentirme así. Como hombre, estoy educado para no tener que sentirme protegido, ni seguro, mucho menos por una mujer. Debo ser yo el que protege.
-Me da gusto que te sientas así, porque me haces sentir del mismo modo y es lo menos que podría hacer por ti.
-Eres hermosa.
-Gracias. Tu también lo eres.
-Gracias a ti. No encuentro como explicar esta sensación de seguridad cuando estamos así, y aunque me hace sentir un tanto incomodo por mi educación, me gusta.
-Disfrutala. No conozco a ningún hombre que lo haga, date esa oportunidad.
-¿Y tu ex?
-El tampoco la disfrutaba, el me dejaba abrazarlo porque era lo que seguía después del sexo. Abrazarnos y quedarse dormido.
-No puede ser tan malo. A fin de cuentas logro conquistarte, ¿no?
-Si, pero algo paso. Algo hice mal.
-No deberías ser tan dura, creo que reconocer los errores es mas grande que cometerlos, y perdonarlos tiene aun mas merito. Cualquiera puede equivocarse, pero no cualquiera puede perdonar a quien se equivoca y aprender del error. ¿Te ha llamado?
-Demasiadas veces, y ha dejado muchísimos mensajes de voz y enviado muchos mas de texto. Ha hablado con todas mis amigas, con mi familia, me ha dejado notas en la puerta de casa.
-¿Ves? Sabe que cometió un error y debe estar dispuesto a todo con tal de demostrarlo. Yo no creo que tu hayas hecho algo mal, el te engaño a ti.
-Pero debe haber sido porque yo no fui la mujer que el quería.
-Cada quien tiene que hacerse responsable de sus actos, no puedes culparte por algo que hizo el. Y tampoco puedes dejar las cosas morir, estoy seguro de que esta arrepentido, deberías darle una oportunidad para hablar, cuando estés mas calmada y puedas ver todo de una manera mas objetiva. Duerme un poco, piensa, sueña, los sueños siempre saben como decirte lo que tienes y lo que necesitas.
-Eso es lo único que no he hecho, pensar.
-Hay que dormir un poco, veras como te ayuda.
En un par de minutos el se quedo dormido en sus brazos, descansando y, por primera vez en mucho tiempo, soñando. Ella le acariciaba el cabello, largo y enredado, pensando en lo que acababa de escuchar.
-------------------
Cuando Jacob despertó, estaba convencido de confesar lo que sentía, no importando que las reglas prohiban enamorarse de alguien en tan poco tiempo; había tenido un sueño en que Laura lo salvaba de ahogarse dentro de un mar agitadísimo, donde el nadaba tranquilamente, hasta que las olas empezaron a volverse demasiado altas, el agua demasiado oscura y llovía a cantaros. Ella aparecía entre la oscuridad con una lampara antigua de aceite, flotando en una lancha como las que el no dejaba de observar la primera noche que se habían visto en la playa, con una facilidad increíble -propia de los sueños- lo había subido y lo había llevado a la orilla. Jacob, fiel creyente del significado de los sueños, supo que era una señal. Pero Laura se había ido, dejando una nota a su lado:
"No me gusta no estar ahí cuando despiertes, parecías estar descansando, por eso no te dije nada. Tengo que irme por completo, salir de tu vida. Esto no esta bien, yo estoy confundiéndolo todo y sintiendo cosas por ti que no debería sentir, que no me permito sentir por nadie hace mucho tiempo y que se que no son correspondidas. Te agradezco todo lo que hiciste por mi, aunque poco en cantidad, es demasiado en calidad, y para mi significa demasiado haberme encontrado con alguien como tu, que sin saber siquiera lo que hacia, me dio razones. Hace mucho tiempo que no me sentía protegida y mucho menos que protegía a alguien, pero para mi, esto no puede ser así. Como a ti, mi educación me detiene, no me permite estar con otra persona que no sea a quien le entregue mi amor la primera vez. No puedo permitirme sentir esto por ti, porque, aunque no me parezca lo mejor, mi vida estaría destrozada si no me quedara con el; toda la gente, mi familia, mis amigos, me juzgarían si cambiara de pareja, todo el mundo sabe que mi futuro ya esta planeado y asegurado con el.
Gracias por todo, mas por tus palabras y por hacerme pensar. Aunque suene raro y tal vez no lo creas: TE AMO. Laura"
-------------------
Jacob se quedo recostado, platicando consigo mismo.
-Me ama -Soltó una sonrisa un poco sarcástica-. Que confundida esta. No sabe que quiere. ¿Como puede decir que ama a alguien que no conoce? ¿Cuantas veces te habrá pasado esto? 10, 15... niñas confundidas con problemas con sus novios, que buscan en ti un refugio, solo porque las tratas bien. Que ridiculez que diga que me ama. Si tiene que estar con el, ¿como ama a alguien mas? Me ama... ¿Me ama?
En ese momento, una energía extraña que jamas había sentido entro por sus pies, corrió por sus piernas, activo un raro pensamiento en su cabeza mientras subía a su pecho, provocando sensaciones nuevas en todo su cuerpo. Se levanto de la cama y se vistió, corrió por sus llaves y apresurado salio de su departamento con la idea de que tal vez no era tan tarde para alcanzarla, no podía estar tan lejos, corrió hacia la esquina. Que error no haber salido por lo menos al balcón para ver hacia donde caminaba, no haberle pedido su teléfono, no llevarla a casa. No dejaba de repetirse, con la sensación extraña aun corriendo por su cuerpo: "no puede estar lejos, sigue buscando". Camino por horas sin rumbo, pregunto a la gente si la conocían, paro a comer en el restaurante del centro que ella le había contado que le gustaba. Pero no la encontró. Después de caminar aun mas y recorrer casi de punta a punta todo el lugar, decidió volver a casa, darse un baño, ponerse ropa limpia y salir por la noche a sentarse al lugar donde se conocieron, seguro ella volvería para encontrarlo. Pero no volvió.
-Hola -dijo ella-. ¿Una es para mi?
-Si -contesto mientras le daba la cerveza-. Pensé que seria buena idea.
-Excelente, diría yo. Salud.
-Salud. Por los buenos tiempos y por dejarlos atrás
-¿Dejar atrás lo bueno? -pregunto desconcertada.
-No, dejar atrás los tiempos. Lo bueno puede quedarse, pero lo que ya no es, que sea olvidado.
-Como mi ex.
-Como mi ex -repitió el, sonriéndole un poco.
Pasaron un par de horas platicando. El le contó la penosa historia de su anterior relación -muy formal y seria- en la que su pareja, tenia ciertos amigos "especiales" mientras era -según decía- muy feliz con el; y como al terminar, ella siguió buscándolo y diciéndole que lo amaba y que quería seguir con el, mientras mantenía relaciones intimas con alguien mas, al mismo tiempo que con el. "Una mujer buena, pero confundida" -trataba de justificar.
Ella termino la historia que no había podido contar la noche anterior. Laura se acerco a la chica -inmóvil junto a la puerta del baño- le paso por un lado sin decir palabra, entro al cuarto y encontró a su novio acostado bocabajo con una almohada sobre la cabeza. Se recosto a su lado, acaricio su espalda y comenzó a llorar quedo, tomo una vela que había en su mesa de noche y paso largo rato observandola, pera después, sin ningún aviso, dejarla caer sobre el. "No me importo mucho si algo se incendiaba" -dijo con un toque de orgullo.
La siguiente hora, después de mucho platicar cosas igual vacías que profundas, la pasaron acostados en la arena, viendo el cielo, sin decir casi nada.
-¿Te estas durmiendo de nuevo? -pregunto el-. Puedo llevarte a tu casa, si quieres.
-No -respondió a punto de dormir-. ¿Puedo quedarme contigo de nuevo?
-Si, pero no puedo abrazarte.
-Entonces vamos.
Todo volvió a pasar igual que la noche anterior; la cargo suavemente, volvió a su departamento, la recosto, le quito los zapatos y la arropo, ella le pidió que la abrazara, intento negarse, pero al final termino acostado, abrazándola por la espalda, tratando de irse cada que la veía dormida, mientras ella se aferraba mas cada vez.
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SÁBADO.
Cuando abrió los ojos, ella lo observaba y acariciaba su cara sonriendo. El sonrió también, pero al momento, se dio cuenta de que el juego estaba yendo muy lejos y estaba empezando a jugar demasiado a fondo. Tratando de escapar antes de ya no poder hacerlo, fingió dormir de nuevo, pero Laura no se movió un centímetro y seguía acariciándolo.
-Eres hermoso -le dijo-. Y no lo digo solo por tu cara; aunque pocas veces he visto tus ojos, esas pocas veces me han dejado ver que eres alguien con mucho que ofrecer, aunque también con muchos miedos, creo que por eso repites que esto no puede ser, mientras te quedas dormido. También creo que por eso abres los ojos buscando que yo no este aquí, pero voy a estar hasta que decidas lo contrario; no me interesa que nos revolquemos o nos enamoremos, no busco un nuevo amor, ni un sustituto, solo compañía.
Por fin dejo de fingir, estaba tan despierto como ella y escucho todo lo que dijo.
-No sabes lo que dices, no sabes quien soy. Yo no te convengo...
-No se quien eres -lo interrumpió-. Porque no me dejas conocer tu presente. Se algo de tu pasado y eso es todo. Lo mismo que tu de mi; se que me trajo hasta aquí y que te trajo a ti, pero eso es pasado, me gustaría que te abrieras conmigo y me dejaras conocer tu hoy, y mostrarte el mio. Ya te lo dije varias veces: no busco nada mas, pero quisiera conocerte, se que podríamos ayudarnos mutuamente, lo vi en tus ojos; no te ayudan mucho con tu pose de frialdad.
-Me llamo Jacob -dijo un poco molesto-. A secas. Tengo 25 años, una hija de 7 que no puedo ver porque no se donde esta, lo único que se es que tiene 7 años y que su madre, si no encuentra dinero en el banco, me llama para presionar el deposito mensual, desde un teléfono publico, para que no sepa en donde esta. Vine a la playa escapando de una relación enfermiza que implico un divorcio donde no hubo mas boda que un pequeño ritual con un chaman. Mi barba y mi ropa desgastada, mi cabello despeinado y mi frialdad, -que como bien dices, es una pose- me ayudan a mantener a la gente lejos de mi, porque vine huyendo de las esperanzas y los amoríos estúpidos y lo ultimo que necesito es conocer a alguien que me haga creer de nuevo. Tal vez en algunos años visitare este lugar y señalare este departamento diciendo: "yo viví ahí", o iré a la playa y diré: "aquí conocí a una mujer que insistía en entrar en mi vida aunque la puerta estuviera cerrada", pero no hay mas que esto que debas saber de mi; lo demás son detalles.
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Se levanto de la cama. Seguía molesto por la situación, pero calmo el enojo encendiendo un cigarrillo y dejándolo consumirse en el cenicero, sin fumar de el mas de dos veces. Era la segunda vez que intentaba dejar de fumar en su vida. La primera lo logro -con mucho sufrimiento y aumento de peso- solo por 9 meses; después de ese tiempo, conoció a la mujer con la que esperaba pasar el resto de su vida, volvió a fumar para adelgazar y se ejercitaba con frecuencia para mantener su peso.
Cuando descubrió el primer engaño, lo paso por alto; se volvió ciego y sordo ante situaciones que le provocaran dudas y decidió simplemente hacer caso omiso de cualquier detalle que pudiera inculparla. Mensajes y llamadas extrañas, a altas horas de la noche, menos horas al día juntos, justificadas con viajes escolares, reuniones familiares o compromisos de trabajo ilógicos e incomprobables, demasiadas salidas con amigos "homosexuales", manejadas con mucha discreción en cuanto a nombres o lugares. Nunca se atrevió a preguntar abiertamente que pasaba. Sabia que era inútil, seguramente le habría mentido y el prefería no ver ni escuchar las pruebas, que provocar que le mintiera. Un domingo cualquiera, después de pasar por varios obstáculos a lo largo de la relación -distanciamientos prolongados, engaños obvios, peleas diarias- tuvieron la pelea mas estúpida que puede suceder entre una pareja: ella quería ver un programa de televisión con sus hermanas; el no. Esto provoco una discusión que trajo a la mesa temas que nada tenían que ver con el problema, cosas del pasado, guardadas por miedo a provocar un final no deseado y prematuro. Después de ese domingo, de esa estúpida mezcla de reclamos pasados e interpretaciones erróneas de lo que el otro decía, todo se desmorono, pero el amor seguía ahí y siguieron viéndose por largo tiempo, hasta que un día, las peleas se hicieron insoportables, los juegos fueron demasiado fuertes, el ir y venir no provocaba mas que dolor y Jacob consiguió un trabajo con el que salio huyendo de la ciudad para irse a la playa; de esta manera no podía buscarla -por mas ganas que tuviera de hacerlo-, no volvió a escribirle, no mando mas mensajes, no la llamo.
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Laura lo veía desde la cama, sabia que estaba repasando en su cabeza lo que le había pasado; pensó en levantarse, abrazarlo, decirle que todo estaba bien, que ella estaba ahí y lo necesitaba tanto como el, pero el miedo la detuvo; el miedo a lo ya establecido que dice que no puedes enamorarte de alguien en tan poco tiempo y de ser así, probablemente seria producto solo de la situación, además el pensaría que estaba loca y saldría corriendo de su vida. Prefirió esperar.
-¿Quieres que te prepare café?
-No, gracias -respondió el-. Sin cigarro no sabe tan bien.
-¿Quieres que me vaya?
-No, a menos que tu quieras irte.
-No, estoy bien -sonrió ampliamente y extendió los brazos-. Solo me gustaría devolverte el favor.
-¿Cual favor?
-El de abrazarme para sentirme segura.
-¡Adelante! -sonrió, dando un salto a la cama y acomodándose entre sus brazos.
Pasaron lo que pareció ser una eternidad abrazados, sin decir palabra. Esa seguridad que sentían el uno en los brazos del otro, era justamente lo que habían estado buscando en lugares y tiempos equivocados. El rompió el silencio:
-No estoy acostumbrado a este tipo de cosas, ¿sabes? A sentirme así. Como hombre, estoy educado para no tener que sentirme protegido, ni seguro, mucho menos por una mujer. Debo ser yo el que protege.
-Me da gusto que te sientas así, porque me haces sentir del mismo modo y es lo menos que podría hacer por ti.
-Eres hermosa.
-Gracias. Tu también lo eres.
-Gracias a ti. No encuentro como explicar esta sensación de seguridad cuando estamos así, y aunque me hace sentir un tanto incomodo por mi educación, me gusta.
-Disfrutala. No conozco a ningún hombre que lo haga, date esa oportunidad.
-¿Y tu ex?
-El tampoco la disfrutaba, el me dejaba abrazarlo porque era lo que seguía después del sexo. Abrazarnos y quedarse dormido.
-No puede ser tan malo. A fin de cuentas logro conquistarte, ¿no?
-Si, pero algo paso. Algo hice mal.
-No deberías ser tan dura, creo que reconocer los errores es mas grande que cometerlos, y perdonarlos tiene aun mas merito. Cualquiera puede equivocarse, pero no cualquiera puede perdonar a quien se equivoca y aprender del error. ¿Te ha llamado?
-Demasiadas veces, y ha dejado muchísimos mensajes de voz y enviado muchos mas de texto. Ha hablado con todas mis amigas, con mi familia, me ha dejado notas en la puerta de casa.
-¿Ves? Sabe que cometió un error y debe estar dispuesto a todo con tal de demostrarlo. Yo no creo que tu hayas hecho algo mal, el te engaño a ti.
-Pero debe haber sido porque yo no fui la mujer que el quería.
-Cada quien tiene que hacerse responsable de sus actos, no puedes culparte por algo que hizo el. Y tampoco puedes dejar las cosas morir, estoy seguro de que esta arrepentido, deberías darle una oportunidad para hablar, cuando estés mas calmada y puedas ver todo de una manera mas objetiva. Duerme un poco, piensa, sueña, los sueños siempre saben como decirte lo que tienes y lo que necesitas.
-Eso es lo único que no he hecho, pensar.
-Hay que dormir un poco, veras como te ayuda.
En un par de minutos el se quedo dormido en sus brazos, descansando y, por primera vez en mucho tiempo, soñando. Ella le acariciaba el cabello, largo y enredado, pensando en lo que acababa de escuchar.
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Cuando Jacob despertó, estaba convencido de confesar lo que sentía, no importando que las reglas prohiban enamorarse de alguien en tan poco tiempo; había tenido un sueño en que Laura lo salvaba de ahogarse dentro de un mar agitadísimo, donde el nadaba tranquilamente, hasta que las olas empezaron a volverse demasiado altas, el agua demasiado oscura y llovía a cantaros. Ella aparecía entre la oscuridad con una lampara antigua de aceite, flotando en una lancha como las que el no dejaba de observar la primera noche que se habían visto en la playa, con una facilidad increíble -propia de los sueños- lo había subido y lo había llevado a la orilla. Jacob, fiel creyente del significado de los sueños, supo que era una señal. Pero Laura se había ido, dejando una nota a su lado:
"No me gusta no estar ahí cuando despiertes, parecías estar descansando, por eso no te dije nada. Tengo que irme por completo, salir de tu vida. Esto no esta bien, yo estoy confundiéndolo todo y sintiendo cosas por ti que no debería sentir, que no me permito sentir por nadie hace mucho tiempo y que se que no son correspondidas. Te agradezco todo lo que hiciste por mi, aunque poco en cantidad, es demasiado en calidad, y para mi significa demasiado haberme encontrado con alguien como tu, que sin saber siquiera lo que hacia, me dio razones. Hace mucho tiempo que no me sentía protegida y mucho menos que protegía a alguien, pero para mi, esto no puede ser así. Como a ti, mi educación me detiene, no me permite estar con otra persona que no sea a quien le entregue mi amor la primera vez. No puedo permitirme sentir esto por ti, porque, aunque no me parezca lo mejor, mi vida estaría destrozada si no me quedara con el; toda la gente, mi familia, mis amigos, me juzgarían si cambiara de pareja, todo el mundo sabe que mi futuro ya esta planeado y asegurado con el.
Gracias por todo, mas por tus palabras y por hacerme pensar. Aunque suene raro y tal vez no lo creas: TE AMO. Laura"
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Jacob se quedo recostado, platicando consigo mismo.
-Me ama -Soltó una sonrisa un poco sarcástica-. Que confundida esta. No sabe que quiere. ¿Como puede decir que ama a alguien que no conoce? ¿Cuantas veces te habrá pasado esto? 10, 15... niñas confundidas con problemas con sus novios, que buscan en ti un refugio, solo porque las tratas bien. Que ridiculez que diga que me ama. Si tiene que estar con el, ¿como ama a alguien mas? Me ama... ¿Me ama?
En ese momento, una energía extraña que jamas había sentido entro por sus pies, corrió por sus piernas, activo un raro pensamiento en su cabeza mientras subía a su pecho, provocando sensaciones nuevas en todo su cuerpo. Se levanto de la cama y se vistió, corrió por sus llaves y apresurado salio de su departamento con la idea de que tal vez no era tan tarde para alcanzarla, no podía estar tan lejos, corrió hacia la esquina. Que error no haber salido por lo menos al balcón para ver hacia donde caminaba, no haberle pedido su teléfono, no llevarla a casa. No dejaba de repetirse, con la sensación extraña aun corriendo por su cuerpo: "no puede estar lejos, sigue buscando". Camino por horas sin rumbo, pregunto a la gente si la conocían, paro a comer en el restaurante del centro que ella le había contado que le gustaba. Pero no la encontró. Después de caminar aun mas y recorrer casi de punta a punta todo el lugar, decidió volver a casa, darse un baño, ponerse ropa limpia y salir por la noche a sentarse al lugar donde se conocieron, seguro ella volvería para encontrarlo. Pero no volvió.
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