No creo en dios o en el diablo.
No creo que haya vida despues de la muerte.
No creo que un ser supremo nos esté observando todo el tiempo.
No creo que haya un "malo" que nos tiente a pecar y luego nos castigue por hacerlo. Eso, por consiguiente, lo convertiría en bueno y entonces su proposito se echó a perder.
No creo que a la virgen le ofenda que me masturbe con un pepino por el culo o que me la deje chupar por cuanta boca se cruce por mi camino y que las mujeres se atraganten con mi semen.
No creo que a los santos y los angeles les provoque sopor verte con la morena alta esa que se deja hacer de todo por $1,200 la hora. Si acaso les provocará envidia.
No creo en los estigmatizados, los iluminados ni los contactados que reciben mensajes provenientes del cielo.
No creo que vengan a salvarme de un asesino serial que se meta a mi casa si me siento a rezar en vez de partirle la cabeza con un bat y enterrarlo en el patio trasero.
No creo tampoco -y esto es algo muy importante-, que tenga que sambutirle mis creencias a nadie mas por que, básicamente, pues son mías.
De este modo, saludo a todos los convertidores de todas las religiones del mundo que caminan horas y horas bajo el sol, sudando, quemandose la piel, exponiendose a ser asaltados, con la cada vez mas pobre esperanza de que les abran la puerta y les digan "¡claro, los estaba esperando, pasen!" con una sonrisa.
No creo que haya vida despues de la muerte.
No creo que un ser supremo nos esté observando todo el tiempo.
No creo que haya un "malo" que nos tiente a pecar y luego nos castigue por hacerlo. Eso, por consiguiente, lo convertiría en bueno y entonces su proposito se echó a perder.
No creo que a la virgen le ofenda que me masturbe con un pepino por el culo o que me la deje chupar por cuanta boca se cruce por mi camino y que las mujeres se atraganten con mi semen.
No creo que a los santos y los angeles les provoque sopor verte con la morena alta esa que se deja hacer de todo por $1,200 la hora. Si acaso les provocará envidia.
No creo en los estigmatizados, los iluminados ni los contactados que reciben mensajes provenientes del cielo.
No creo que vengan a salvarme de un asesino serial que se meta a mi casa si me siento a rezar en vez de partirle la cabeza con un bat y enterrarlo en el patio trasero.
No creo tampoco -y esto es algo muy importante-, que tenga que sambutirle mis creencias a nadie mas por que, básicamente, pues son mías.
De este modo, saludo a todos los convertidores de todas las religiones del mundo que caminan horas y horas bajo el sol, sudando, quemandose la piel, exponiendose a ser asaltados, con la cada vez mas pobre esperanza de que les abran la puerta y les digan "¡claro, los estaba esperando, pasen!" con una sonrisa.
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