Puedes, por idiota engañarte a ti misma y por ardida engañarme a mi, pero jamas podras engañar a... ¿como le llamaba ese hijo de puta? ¿Margarita? Si, a ella no puedes mentirle. Nunca, nadie va a llenarla tanto como yo.
Lo que pesa son los domingos que me reclaman, que me preguntan y yo guardo silencio y me hago el tonto pa no contestarles... Y cada domingo vuelve con las mismas miserables ganas de matarme a palabras, a reclamos, a preguntas. Luego me hacen preguntarme a mi ¿que habra sido de ella? ¿a quien le dara sus amores ahora que es delgada y feliz y sonrie como cuando la conoci?