Cuando veo los comentarios que me dejan en el blog me siento aplastado por una avalancha de responsabilidad de hacer de cada frase que suelto una cita, de hacer de mi vida una historia digna de repetirse y de hacer de cada movimiento un ejemplo... A veces me embarga la necesidad de arrepentirme por haberla dejado irse... por haberlas dejado irse... porque a fin de cuentas todas me han dejado porque yo lo he permitido, no provocado. Y seguramente ahora son muy felices y yo ni lo se. Esta entrada es solo una forma de recordarle a cualquiera que entre a leerla, lo que eramos hace un tiempo. A todos, sin excepcion. Lo mas seguro es que solo uno o dos de los que leen mi blog, sepan que fue de mi, y que es de mi ahora mismo. Es una forma de recordarles a todos, pero por sobre todas las cosas, de recordarme a mi; porque a veces, a pesar de lo que quema desde los huesos el hecho de llevar sobre los hombros mi nombre, reputacion y pasado, me olvido de mi mismo y mi cabeza se va viendo el ciga...